sábado, 3 de noviembre de 2012

Lo que se pierde






Vamos apresurados impacientes
corriendo sin medir nuestros pasos
a conquistar nuevas vertientes
sin antes meditar en los acasos

Qué soberbia inconcebible nos convoca
decidiendo nosotros lo inmediato
lo importante lo que no lo que provoca
el rechazo al escupir nuestro mandato

Dónde fue que leímos que era justo
arrancar de jardines descuidados
la rebelde libertad de los arbustos
creciendo sin controles ni candados

Gime el monte nuestra hambre voraz
creyendo que abrimos sendas verdes
y en el incomprensible hecho audaz
lo relevante, lo humano, se nos pierde

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