sábado, 5 de abril de 2014

POESÍA PALESTINA DE COMBATE

Nota editorial a POESÍA PALESTINA DE COMBATE

     La poesía árabe se refractó entre 1960-1970 como un haz de luz en el prisma de la doliente realidad de sus tierras ocupadas y, dejando los cómodos sillones y escritorios de intelectuales, iluminó haciéndose escuchar desde las trincheras del combate, desde las fétidas prisiones, desde las plazas ensangrentadas, desde las marchas callejeras y desde los gritos de parto de los nuevos combatientes para una Palestina libre.
     Si bien los años claves para el surgimiento del movimiento más representativo de poetas árabes, del cual surge la poesía palestina de combate, es el decenio mencionado, la historia de ésta data de años atrás en la memoria popular. El pueblo palestino recuerda, a través de la historia oral, a un poeta anónimo que dejó los siguientes versos suspendidos en el cadalso, entre el polvo de antaño y el aroma de las flores nacientes, antes de ser colgado en la horca una triste mañana de 1936:

Oh noche
Deja que el prisionero termine sus lamentos...
No creas que es el miedo
quien provoca las lágrimas
si lloro es por mi patria
y por los niños que dejé en la casa
¿Quién les dará el pan después de mí?
si antes que yo mis dos hermanos
fueron también
ahorcados...


     Y así fue que la palabra cabalgó el viento a través de poemas populares, multiplicándose en las distintas voces del pueblo, y se convirtió en uno de los tantos métodos desafiantes contra los ocupantes extranjeros y sus fuerzas represivas.
     En 1948 la sociedad árabe palestina fue desmembrada totalmente. Las ciudades vieron alejarse a sus urbanos pobladores hacia el exilio y los más pobres, los imposibilitados hasta para huir, quedaron en las zonas rurales, los campesinos.
Escribe Ghassan Kanafani en Literatura de la Resistencia Palestina Ocupada:
          “Las ciudades no eran sólo las sedes del gobierno político. Eran también, como la mayoría de las veces, las de la dirección cultural e ideológica. De modo que después de la pérdida de Palestina, no quedaba ya ningún eje cultural árabe que pudiera constituir el núcleo de un nuevo renacimiento literario, pues una generación, si no varias, de escritores, ya se había exiliado”

     Los que se quedaron se enfrentaron a la desculturización, al aislamiento, la despersonalización y todo aquello que a partir de la ocupación de Israel fue implantado a través del más vil colonialismo para dominio de los hombres y mujeres de la tierra Palestina.
     Desde la ocupación surgieron dos ramas poéticas de un mismo tronco.
     La poesía de la resistencia en el exilio, y la poesía de la resistencia en tierra ocupada.
     Ambas relatando los dolores desde su lugar de angustia, ambas rechazando el bloqueo cultural al cual sometieron a los palestinos, ambas sudando las tristezas de su tierra arrasada, ambas reclamando justicia terrenal, ambas rechazando al invasor, ambas resistiendo y combatiendo con las armas que la palabra germina en la conciencia de los oprimidos.
     Otro acontecimiento tristemente importante para la historia de la poesía Palestina sucedió en 1950 cuando las fuerzas de represión y ocupación asesinaron a un poeta. Había que callar esas voces denunciantes, esas voces desafiantes que entre los campesinos araban las tierras de las conciencias. Pensaron que lo lograrían dando muerte a un gran poeta popular a quien todos conocían por el seudónimo de “Hummayd”, en las tierras de Oum Al Fahm (Galilea). Se equivocaron, como siempre se equivocan los fascistas al creer que al matar a un hombre matan sus ideas. Nacieron más poetas populares, más resistencia, más lucha por la liberación nacional.
     La poesía no tiene fronteras y a medida que los acontecimientos de las guerras de liberación llegan a los oídos de la resistencia la poesía se multiplica. Así es que surgieron etapas de auge en la poesía combativa. En los hechos mencionados en 1948 y 1950, en 1952 con la Revolución Egipcia, en 1956 con la agresión contra Egipto, en la época de las luchas nacionales del Maghreb, en 1959 con la Revolución Cubana, con la Independencia de Argelia, y entre 1965 y 1967 sobre todo cuando la agresión de Israel
y ocupación de parte de los territorios de Egipto, Jordania y Siria.
     Esta recopilación que aquí ofrecemos abarca etapas de auge en la poesía combativa. En 1948 frente a la ocupación y creación del Estado de Israel en Palestina, en 1950 ante el asesinato de un poeta popular, en 1952 con la Revolución Egipcia, en 1956 con la agresión contra Egipto, en la época de las luchas nacionales del Maghreb, en 1959 con la Revolución Cubana, con la Independencia de Argelia, y entre 1965 y 1967 sobre todo cuando la agresión de Israel y ocupación de parte de los territorios de Egipto, Jordania y Siria.
     La poesía árabe y en particular la palestina nos deja un legado del compromiso de la batalla emprendida contra los hombres que empuñan la injusticia, contra el Estado que invade y aniquila la vida de otros pueblos; y un grito de hermandad para con todas las causas justas en cualquier rincón del planeta.

                                                  Memoria de la primera edición

     Cuando editamos por vez primera este título tuvimos una sorpresa en el stand de nuestra editorial en la Feria del Libro de Buenos Aires. Un hombre secundado por otros dos, que a la vista eran su seguridad, se detuvieron frente al stand. Llamaban la atención por el porte y la postura. Uno de los custodios preguntó algo a un compañero que allí trabajaba y regresó a comunicarle ‘ese algo’ al oído de su ‘jefe’. Luego el ‘jefe’ ingresó entre las montañas de libros y me llamó afablemente. Si bien su rostro me resultaba ‘visto’ no lograba dilucidar, en ese instante de frenesí de trabajo, quien era.
     Directo, amable, sonriente y con raro acento en un forzado español, se presentó y dijo:

Quiero agradecerle en nombre del pueblo palestino la publicación de poesía palestina de combate. Gracias por dar a conocer la lucha del pueblo palestino.

     Extendió sus manos, en gesto de afecto, y un sentido abrazo nos unió.
     No puedo ocultar que fue un momento tan emotivo que no se diluye en el tiempo. Sentí que el aporte, que todos los compañeros hacemos desde nuestra limitada militancia cultural, que interpretamos como escasas gotas de lluvia al cauce de un río, otros la perciben de manera diferente y saludan la difusión de ideas en aras de una conciencia revolucionaria.
      El hombre agradecido era el embajador de Palestina en Argentina.


La poesía de resistencia es una poesía revolucionaria.

La poesía palestina revolucionaria es una poesía de combate por la liberación de su pueblo.

[desde el Bohío]
Marcelo Cafiso
5 abril de 2014