domingo, 13 de agosto de 2006

" No hay Quijotes, hay hombres con virtudes y un pueblo en Revolución permanente "

En estos tiempos es necesario intentar poner negro sobre blanco para zarandear cierta pereza mental que anda deambulando. En estos tiempos surgen exaltados y alegres los enemigos de los que han logrado cambios sustanciales en beneficio de la existencia del ser humano. En estos tiempos también los amigos y colaboradores de ese pueblo del caribe tienen sensaciones encontradas. En estos tiempos pareciera que el tiempo se detiene en solo una cuestión: el que vendrá, que sucederá en los próximos días, meses o años en la Republica de Cuba.

En esas tierras habita, además de Fidel, un pueblo que ha construido una pequeña-gigante Isla que hoy late dignidad hacia dentro y fuera de sus fronteras.

Ese mismo pueblo cubano se siente mayoritariamente Fidelista.

Y lo es, por fidelidad a su líder, por sus ideas, pero por sobre todas las razones porque el campesino tuvo la tierra, el niño la leche, la madre un embarazo controlado, el padre un trabajo digno, los hijos un estudio garantizado, el ocio a la vuelta de la esquina, la cultura sobre la mesa y hasta en el baño, la medicina sin pagar un centavo desde antes de nacer hasta el día de su entierro, y este incluido. El sentimiento de amor a la patria, el nacionalismo cubano afirmado por los logros y el internacionalismo con los demás oprimidos de la tierra a través de cualquiera de los aportes que pudieran realizar desde su pobreza como Estado rico en humanismo. El socialismo. Y el que diga que todo esto lo hizo Fidel ha tomado demasiado de esa sabrosa bebida cubana llamada Ron. Pero, ¿quién puede negar el liderazgo indiscutido, de ese carismático hombre, desde antes de cumplir treinta años allá en los primeros días de lucha?.

Es cierto que la Revolución Cubana es un hecho excepcional en el mundo y que no se puede comparar, así como también que una de las más altas figuras históricas de toda Latinoamérica le dio ese grado de excepcionalidad por estar al mando de la misma. Aquel hombre de armas llevar, las ideas como pensador revolucionario y las acciones como practica de aquellas, protagonista también de esa gesta, compañero en la dirección en la epopeya cubana en sus inicios, así se refería, en abril de 1961 ( y tomen nota, a solo dos años y tres meses del triunfo revolucionario), sobre la figura de Fidel. “...esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz, nombre que en pocos años ha alcanzado proyecciones históricas. Cuales son las circunstancias excepcionales que rodean la personalidad de Fidel Castro? hay varias características en su vida y en su carácter que lo hacen sobresalir ampliamente por sobre todos sus compañeros y seguidores. Fidel es un hombre de tan enorme personalidad que, en cualquier movimiento donde participe, debe llevar la conducción y así lo ha hecho en el curso de su carrera desde la vida estudiantil hasta el premierato de nuestra patria y de los pueblos oprimidos de América. Tiene las características de gran conductor, que sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar la voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de sacrificio que hoy ocupa. Pero tiene otras cualidades importantes, como son su capacidad para asimilar los conocimientos y las experiencias, para comprender todo el conjunto de una situación dada sin perder de vista los detalles, su fe inmensa en el futuro, y su amplitud de visión para prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo siempre mas lejos y mejor que sus compañeros. Con estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que debilita; su capacidad de dirigir a la cabeza de todos la acción del pueblo; su amor infinito por él, su fe en el futuro y su capacidad de preverlo, Fidel Castro hizo mas que nadie en Cuba para construir de la nada el aparato hoy formidable de la Revolución cubana.”Ernesto Che Guevara.

Como lo expresaba el Che, es indiscutida la autoridad y la figura carismática de Fidel, y en el transcurso de todos estos años ha llegado a un liderazgo personal único. De hecho el grado de Comandante en Jefe que lleva Fidel desaparecerá con él, por haber sido instituido así en su creación como tal. Por lo tanto ese aporte fundamental desde su liderazgo en la conducción que tiene de los distintos órganos de poder [Buró Político del PCC, Asamblea Nacional del Poder Popular, Consejo de Estado y Fuerzas Armadas] del proceso revolucionario ahora, se sentirá el día de mañana cuando no esté presente. Las opiniones y decisiones políticas ya no estarán a la orden del día y sobre la mesa de discusión aportando esa sabiduría de quien tiene una de las visiones globales mas profundas como estadista y organizador revolucionario en la historia en casi medio siglo. El vacío no se podrá negar y se percibirá con creces. Luego entonces viene Raúl Castro, como ya lo delego Fidel al momento de la operación.

Y aquí, no hay que intentar comparaciones, esta claro que no hay talla viviente que se pueda medir con la capacidad de Fidel; ni con su relación con las masas que despierta pasión y furor en cada discurso-dialogo. [ No hay nadie, desde la muerte de Che Guevara, en él circulo intimo de poder en que se mueve, que tenga un calibre intelectual cercano al suyo.]- (Ignacio Ramonet. Cien horas con Fidel. Diciembre, 2005.

Que interrelación se dio en mas de cincuenta años entre este joven abogado, hoy abuelo, y las masas para que se creara una unión tan indisoluble. Fidel ha sabido escuchar el corazón del pueblo e inyectar el espíritu de que es posible el cambio, analizando las distintas reacciones de su pueblo frente a los problemas planteados por la dirección de la revolución.

Pero hay algo más importante detrás de todo este momento de traspaso, de sucesión momentánea, de operación, de recupero pronto o de cuanto tiempo mas puede estar Fidel o Raúl al frente del aparato revolucionario, dadas sus edades. Todo esto no importa si es que tenemos en cuenta lo más importante: el pueblo, la masa. Aquí esta el secreto de una revolución verdadera. Ni la Revolución cubana la hizo solo el movimiento 26 de julio (estuvo a la cabeza y fue mayoritario pero no el único) ni Fidel es un Quijote, que si deja de existir se acaba la novela de la Revolución que quisiera escribir un Cervantes del siglo XXI, ni si Raúl puede reemplazar o no, nada de esto es lo que va a determinar la continuidad de este germen de vida, que es un cambio desde la raíz en Cuba y un viento que sopla esperanzas a los demás pueblos del mundo en busca de su libertad política y económica. Es el pueblo revolucionario el que decide como y la continuidad del proceso de transformación que comenzó el 10 de octubre de 1868, siguió el 24 de febrero de 1895, el 12 de agosto de 1933, el 26 de julio de 1953 y se cristalizo para permanecer hasta hoy aquel 1ro de enero de 1959.

Hoy la Revolución cubana es una mujer de casi cincuenta años que ha madurado en la universidad de la experiencia y ha estado acompañada por Fidel, caminando a la par y de la mano mostrándola al mundo para que todos la conozcan con su hermosa y sensual figura, pero también con sus defectos y arrugas.

Especuladores, enemigos y no, apuestan cuanto dura y como será el día “F”, el día después, sin Fidel. La construcción del socialismo esta basada en el trabajo de las masas y no de un individuo ni de muchos, en la capacidad que tienen las masas para organizarse. Por lo tanto, que falte un individuo, por mas que sea el más importante de la Revolución por su papel histórico, no detendrá el crecimiento inevitable de una revolución permanente ya que la protagonista principal es la masa activa, es decir el pueblo de Cuba.

Pero también sabemos, porque la historia así lo demuestra, que el socialismo es reversible, que una revolución puede destruirse, que los sueños se pueden hacer añicos, y que habrá que seguramente, si algo de esto sucede, volver a empezar. Sólo un colectivo revolucionario organizado, y Cuba lo tiene (abundan jóvenes capaces en las nuevas generaciones), al frente de los tiempos que se avecinan, impedirá que los enemigos de la dignidad intenten volver a convertir a la Isla en un cabaret y apagar así los logros de la revolución cubana y la ilusión de millones de personas que en ella confían. Fidel ha transmitido su mensaje claro sobre lo que se debe hacer en estos casos. Ha enseñado con el ejemplo lo que significa dedicar una vida a la revolución para aportar como individuo al conjunto de la sociedad desde el lugar de mayor responsabilidad en Cuba.

Desde los primeros pasos estudiantiles, pasando por el Moncada, la historia me absolverá, la Sierra Maestra, Girón, la Crisis de los Misiles, y los cincuenta años de lucha ininterrumpida, con bloqueo y acciones terroristas a la orden del día por parte del imperio de los EE.UU., Fidel ha mantenido una coherencia y una actitud frente a la vida que lo corona como otro de los más grandes revolucionarios que ha dado la humanidad.

Podrá apagarse su vida, pero su voz seguirá sonando y estará siempre presente porque su mensaje trascendió fronteras, radares, sistemas de seguridad, leyes internacionales, grupos de terroristas, Pentágonos, Scotland Yard, cubanos mafiosos, y mentiras rabiosas con la clara intención de convertir en estiércol todo lo engendrado con la mas noble de las intenciones de quien pensó siempre en el prójimo.

Los desposeídos del mundo esperan, los imperios del mundo también.

Los segundos, transforman en alegría el fracaso de ayer. El no haber podido.

Los primeros, desean la pronta recuperación de Fidel, y la firmeza y coherencia de Cuba para continuar, pese a todo, en la construcción de una humanidad más justa.

Todos los hombres y mujeres que sentimos a ese pueblo, que sabemos de su gozo, sufrimiento, lucha, tenacidad, solidaridad, amor y alegría por vivir, sentimos el mismo desasosiego ante la salud de Fidel. La aflicción, la congoja frente a su estado convaleciente nos mantiene en zozobra. Las muestras de afecto de su pueblo y de los amigos desde todas partes del mundo reconfortan al vislumbrar el cariño que despierta la historia con ochenta años a cuesta.

¡La victoria de Cuba no está en Fidel, tampoco está afuera, la victoria de Cuba está en la unión, en el trabajo y en el espíritu de su pueblo que con dignidad se levanta erguido para demostrar que vale la pena luchar por un mundo subvertido, para una humanidad con sentido!.

13 Agosto 2006