miércoles, 25 de mayo de 2011

NOTA EDITORIAL a Los que luchan y los que lloran; y otros escritos inéditos.

En esta segunda edición* de “Los que luchan y los que lloran;
y otros escritos inéditos”, incorporamos nuevos textos de gran valor
y una serie de fotografías, así como también modificamos su
presentación.
Agradecemos especialmente a Graciela Masetti y su familia la
confianza depositada en nosotros, así como la colaboración incesante
y total libertad de trabajo para los cambios en esta edición.
Sabemos de la intención de dar a conocer el pensamiento de su padre
y es en ese sentido en el que editamos este libro fundamental
en la literatura política revolucionaria de nuestro país y el resto de
América Latina.
Además del único libro de Masetti, y los doce textos incorporados
en nuestra edición anterior, agregamos ahora tres nuevos
escritos.
Exponemos una breve introducción sobre cada uno de ellos, y
en particular sobre la carta al director de la SIP por considerarlo
tan actual, vigente y refrescante de crítica con ninguna sutil ironía,
sin rodeos, y que a pesar de los cincuenta años que pasaron desde
su redacción, podría repetírselo a los nuevos miembros de la SIP de
estos años.

Discurso inaugural de la Primera Reunión

Internacional de Agencias Informativas convocada
por PRENSA LATINA cuando Jorge R. Masetti era
su Director Gral. Fechado en Enero 12 de 1960.

Al momento de este encuentro Prensa Latina tenía siete meses
de existencia. Este discurso tiene ya cincuenta años y es tan actual
en lo referente a los trusts de información y los mecanismos que utiliza
el imperio de los Estados Unidos para la desinformación que parece
increíble cómo el sistema se ha ido reciclando y hallando nuevas
formas de dominación para mantener el monopolio de la opinión
pública. Claro que el poder ahora tiene muchas más dificultades
para hacer creer su verdad única debido al avance de muchas “otras
prensas latinas”, ya que es ejemplo a seguir, como canal de información
más libre y de contra información a lo que estaban habituados
los hombres y mujeres de nuestras tierras. Este joven muchacho, reunido
con lo mejor de los periodistas del mundo para hacer rodar la
operatividad de la agencia, contagia a través de su discurso la pasión,
la fuerza, pero sobre todo la convicción que es una herramienta de
lucha de ideas para los más sojuzgados y un camino para continuar
reproduciendo en cualquier lugar del planeta para dar batalla.

Al pueblo de Costa Rica


Masetti coloca sobre el taburete de los acusados las calumnias
que recibe Prensa Latina por haber quebrado, por vez primera, el
monopolio “tiránico y deformador” noticioso que durante años cubrió
de sombras perversas a toda América Latina. Y luego fundamenta
las nuevas verdades que poco a poco han ido conociendo los
que antes oían una sola campana. Con un análisis que se iguala a la
firmeza de conceptos de José Carlos Mariátegui, el Amauta, habla
de la revolución Mexicana, de Guatemala, del “loco” de Sandino,
y mucho más, contrarrestando la falaz información que provenía
de las empresas norteamericanas con claros intereses económicos y
políticos a través de la mentira. Así es que da una pormenorizada
explicación de un altercado producido a través de la prensa, entre
Costa Rica y Cuba, destacando por sobre cualquier concepto el de
la unidad latinoamericana y afirmando que “el pueblo de Costa Rica
es nuestro mismo pueblo” y jamás la agencia difamaría a un pueblo
hermano.

Carta a Don Benjamín


Una espléndida carta, dirigida al Director de la Sociedad
Interamericana de Prensa, cargada de ironía, de inconfundible estilo
argentino, con algunas frases como: “ustedes se asustaron un poquito”,
“les ganamos por un par de horitas”, “lo de la ONU fue el acabóse”,
“ustedes pensaron que una agencia latinoamericana era el summun de
la estupidez”, “nosotros guiados por el sabio Martí: la palabra no es
para encubrir la verdad, sino para decirla”. Pasa luego a centrar su
redacción en el tema de la información vertida sobre un periodista
de Prensa Latina que había sido apresado en Caracas. La noticia
apareció en la prensa antes que el hecho sucediera, es decir: que fuera
preso un día después de publicado. ¿La prensa adivina? ¿O la policía
trabajando para esa prensa?
Denuncia, Masetti, al coronel de inteligencia norteamericana
Jules Dubois, y le da el consejo, a Don Benjamín, que sigan haciendo
lo de siempre, mintiendo, pero que el trabajo sucio lo dejen
para “la rama del coronel y los hombres de la CIA” y no para los
periodistas de la SIP que quedan tan expuestos a la grosera falla de
inteligencia de tamaña magnitud.
Consideramos importante hacer el siguiente aporte para comprender
el contenido de carta.

Breve reseña de la historia de la SIP


En 1926 se realiza un Primer Congreso Panamericano de
Periodistas que luego toma forma concreta en 1943 en una reunión
en La Habana con la conformación de la Sociedad Interamericana
de Prensa (SIP). En 1949 en Quito, Ecuador, la SIP vuelve a reunirse
con una particularidad, la propuesta de que la próxima reunión se
realice en los EE.UU. Tres norteamericanos son los que llevan la
iniciativa que no es rechazada. Julies Dubois y Joshua Powers (altos
oficiales de los servicios de inteligencia norteamericanos) y Tom
Wallace (funcionario del Departamento de Estado). En 1950, en
Nueva York, se cambian los estatutos de la SIP beneficiando a los
propietarios de la prensa al modificar la modalidad anterior de que
cada país socio era un voto por el novedoso y para nada inocente
nuevo artículo del estatuto: cada órgano de prensa es un voto.
¿Ya se imaginan quién asumió el control? Los dueños de las empresas
de comunicación y no cada país a través de su prensa. Cabe
destacar que las artimañas utilizadas para modificar las reglamentaciones
internas de la SIP se lograron gracias a la ausencia de los sectores
progresistas de la prensa que la integraban y que no pudieron
ingresar a los EE.UU. por negárseles la visa o deteniéndolos bajo
acusaciones falaces de todo tipo.
De esta manera los grandes dueños de la prensa pasaron a manejar
la SIP a su gusto y antojo.
Esta sociedad de prensas poseía una comisión que era fundamental
para el manejo de los lineamientos generales de la SIP: la
Comisión de Libertad de Prensa e Información.
¿En manos de quién quedó? ¿Se imaginan? Sí, como lo sospechaban,
de un Coronel de Inteligencia Norteamericana, agente de
la CIA, Julies Dubois, el mismo de la propuesta en Quito.
Este Coronel norteamericano estará en Cuba durante el triunfo
de la Revolución y escribirá en la famosa revista cubana Bohemia y
desarrollará tanto el trabajo de inteligencia como el de difamación
y contrarrevolución contra la nonata revolución extraña de jóvenes
barbudos al frente de un pueblo alegre y rebelde. Su labor no era la
de un simple periodista norteamericano en una revista extranjera, a
tal punto que en una carta pública escrita al director de Bohemia, el
Comandante Ernesto Che Guevara, el 23 de mayo de 1959 (cuatro
meses después de ingresar triunfantes a La Habana) lo califica de
“miserable gángster”. Sobran los comentarios.
Así nació, del fraude, la manipulación y la inteligencia de la
Central de Inteligencia Norteamericana, CIA, y así funciona hoy,
la SIP, incansable batalladora de la libertad de prensa, ¿de quién?,
¿para quién?
Luego de este reducido recorrido por los pasillos de la historia
oculta de la SIP bien podríamos decir que a esta carta, escrita magistralmente
por J. R. Masetti, se le podrían cambiar los nombres
hoy día y entregársela a los paladines de la libertad de prensa de la
SIP que recorren América Latina latigando con sus preceptos y condenas
a cuanto intento de decir alguna verdad exista y felicitando y
premiando a todos aquellos periodistas y medios de comunicación
de empresas ligadas económica y políticamente al poder opresor, es
decir, miembros del aparato represivo y dominador contra los pueblos
de nuestra América.

***

“Los que luchan y los que lloran” es el texto más bello escrito por
un periodista argentino, sobre la revolución de carne y hueso, hecha
realidad en Cuba, en toda América.
Podríamos expresar de diversas maneras lo que se siente al encontrarse
con esta crónica tan movilizante, pero consideramos más
valioso tomar prestada la voz y la palabra de su nieta, Mara Morado,
que al presentar el libro en Abril de 2006 en la Feria del Libro de
Buenos Aires dijo: “Esta edición, nos ofrece la posibilidad de encontrarnos
en diálogo frente a frente con Masetti, y no que lo observemos
tranquilos y distantes, como si él se encontrase en relación a nosotros de
perfil, concluido como una imagen, perdiendo así la posibilidad del
encuentro con su mirada. Nuestra memoria, en ese caso, no se tornaría
productiva, no hay experiencia posible si no hay comunicación. Se trata
de encontrarnos con quien nos interesa, de quien esperamos algo, hay
allí una aproximación activa, que nos implica y nos hace ser”.
He aquí el libro de este hombre que subvirtió su vida, partiendo
de la base de sus ideas acunadas en la zona sur del Gran Buenos
Aires, y que viajando al encuentro de una revolución verdadera se
fue transformando en propulsor y constructor de la más hermosa de
las misiones del ser humano, la de revolucionar la vida buscando la
igualdad y la justicia.
Ese muchacho de 28 años, enviado por radio El Mundo, estuvo
más de dos meses en una Cuba revuelta por una revolución que tronaba
desde las alturas pero en la tierra, en la cadena montañosa del
Oriente. Logró con no pocas dificultades entrevistar a los dos Jefes
más populares y reconocidos del movimiento 26 de Julio alzado en
armas, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro. La realidad de un pueblo
levantado bajo la dirección de otros muchachos de su edad, lo
enamoró de tal manera que plasmó en su libro el sentir y vivir en
revolución de un pueblo así como el convencimiento en la victoria
que todos tenían. Y a partir de esa nueva experiencia inigualable se
encarnó en él la necesidad de dar más que “...una simple crónica...” y
entregó su vida al servicio de la Revolución cubana, de la argentina
aún por hacer y latinoamericana. No había fronteras para Masetti.
Se hermanó con su par argentino Ernesto Che Guevara, fundaron
Prensa Latina, colaboró en la primera derrota que se asestó
sobre las narices al imperialismo norteamericano en América latina,
en la famosa batalla de Playa Girón, organizaron el futuro de
lucha y Argelia lo recibió como lugar de paso a un proyecto ideado
por el Che. Lo aguardaba la responsabilidad de ser el “Comandante
Segundo” y desarrollar las fuerzas para allanar los caminos al desembarco
en Argentina del Comandante Ernesto Guevara. En 1963
fundó el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) como punta de lanza
y base primordial del primer movimiento guevarista en Argentina.
Lamentablemente el intento fracasó y en abril de 1964 la selva de
Orán, Salta, lo mimetizó con su paisaje para no volver a saber más
de él a través de su presencia física.
Hoy su juventud revolucionaria sigue andando por los montes,
silbando con las aves melodías de esperanza, y al volar con las mariposas
multicolores pinta un cielo de rebeldía que aún aguarda esos
días de sol para todos que juntos soñaron con su hermano el Che.
Y el viento nos trae sus cantos que no son de llantos, sino los que
emanan de las páginas de su libro, de sus hechos: cantos de lucha,
cantos de vida.

* La primera edición argentina publicada por Nuestra América editorial,
salió en el mes de Abril del año 2006, Buenos Aires, Argentina.

Marcelo Cafiso.
Desde el Bohío,
en algún lugar de Buenos Aires,
Mayo, 25 de 2011.