Viento fui del sudeste
doblegando el cuerpo
y las hojas
de tu tiempo
fuiste pronto a resguardarte
sol del mediodía
que cubrió tu semblante
como un rayo fulgurante
sobre la faz de tus días
a la sombra escapaste
gotas, lluvia, aguacero
penetrando por tus poros
en las noches de lucero
entre nubes y morros
con temor refugiaste
brasita fuego incendio
zarza ardiendo
por doquier
insomnio de hoy y ayer
en el río adentraste
entonces
en lugar de viento
brisa
de rayo de sol
brisa
de rayo de sol
suave fulgor
de lluvia
humedad
de fuego
de fuego
calor
hasta el instante
que sientas sin prisa
el constante
calmo oleaje de caricias
que apacigüen esos miedos
y en la plenitud
del misterio
respirarte
entre miradas
que suelten las amarras
de tu barco ya sin anclas.
[desde el bohío]
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