martes, 2 de octubre de 2012

La risa en los ojos de los hijos.


En las heladerías serias
hay que ser serios.
Calles de misterios
de sombras grises

de tristes hombres
o mujeres tristes.
Hay que ser serios
y enseriarnos hasta perdernos
en la timidez de nuestros pasos
cansinos, torpes, rengos.
Todo eso nos enseñan
cuando desde pequeños
entramos a las heladerias serias
o los restaurantes de colores anque grises.
Pero cuando en la noche sale la luna
y brillan las estrellas en los ojos de los hijos
la risa brota con las caricias de las palabras
y los besos de las miradas
y entonces, para otros,
somos tontos, estúpidos,
desubicados, payasos, infantiles,
mientras nosotros trozamos
pequeños eternos instantes
de felicidad.
***

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