El peso de las palabras
Las palabras andan sueltas
anudan la soga
colocan su víctima
en el exacto lugar
viene el silencio
puñal
a liberar
y corta el lazo
pero el cuerpo
cae
inevitable
por el propio peso
de las ya vertidas
y en el suelo
exclama
su última
estúpida y agónica
palabra de despedida.
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