lunes, 18 de noviembre de 2013
Ser
estrella
fugaz
en la noche argentada
de luna plena,
gota
que cae y estalla
en estanque, calla
y se pierde,
relámpago
estridente
instántanea del paisaje,
hoja
seca
suelta al viento
desvanecida en el tiempo,
caricia
pasajera
en noche aventurera
olvido del alba,
huella
débil
en lodo
de aguacero de verano,
grito
de eco seco
solitario
en valles de cemento,
es no ser.
Arremeter
con la fuerza
invencible y libertaria
del amor
perdurar, permanecer
es ser,
Ser.
[dde el Bohío]
miércoles, 16 de octubre de 2013
Vuela
Vuela hacia tí
Lleva el aroma
De las flores
Silvestres
Sin mercaderes
Se posa en tí
Déjala
Siéntela
Disfrútala
Y que prosiga viaje
Hacia otro
Y en cada uno
Que logre sentir
Su dulce presencia
Polinice
Nuestra existencia.
Lleva el aroma
De las flores
Silvestres
Sin mercaderes
Se posa en tí
Déjala
Siéntela
Disfrútala
Y que prosiga viaje
Hacia otro
Y en cada uno
Que logre sentir
Su dulce presencia
Polinice
Nuestra existencia.
viernes, 27 de septiembre de 2013
Norita. Nora Cortiñas. Testimonios Documentales. Nota editorial
Nora recuerda… “además de Azucena, [se refiere a
Azucena Villaflor] tengo que nombrar a una madre: Maria del Rosario Cerruti,
fue un golpe muy, muy duro, fue el secuestro de Azucena, de Ester Careaga, de
María Ponce de Bianco, lo de las monjas francesas, y el resto de estos
familiares que se llevaron de Santa Cruz. Fue, para lo que ellos querían, en el
primer momento, fue ese choque… ¿Qué hacemos de acá a dentro de media hora, no?
Y todas juntas decidimos que seguíamos...”
La memoria, el recuerdo, el dolor, la pregunta que,
hombres y mujeres de lucha, se han hecho a lo largo de la historia ¿qué hacer?
No de acá a veinte años, “dentro de media hora”, ahora, en la actualidad
de nuestra existencia. “Seguimos”. Seguir era seguir la lucha que las
reunía, convocaba e impulsaba a pesar de los golpes más duros que puedan
existir para un ser humano. A pesar de todo, seguir luchando.
Esto es lo que surge claramente de los testimonios del
documental del autor, Miguel Mirra, que ha transitado diversos caminos siempre
con el mismo objetivo de memoria, lucha, justicia.
Nora, en diversas entrevistas, reportajes, deja fluir los
recuerdos de toda su vida sobre todo de los primeros años de compromiso de su
hijo, de la militancia de otros cercanos, de lo que pensaba ayer y de lo que
piensa y hace hoy.
Las madres –extensivo a los padres y a todos los
familiares– y la incomprensión –al principio en algunos, por siempre en otros–
de las iniciativas, de los lanzamientos de la vida de un adolescente, de un
joven hacia los compromisos colectivos, hacia el nadar en las aguas de ser
sujetos protagonistas, de la militancia, de la lucha social y política que
despierta en su interior al interrogarse e interrogar a una sociedad que
golpea la dignidad del ser humano. Un sentimiento expresado tan profunda y
sencillamente por Nora de lo que muchos sienten en ciertos momentos cuando ven
a sus hijos emprender una diferente acción que estremece los cimientos de una
vida acomodada o establecida como normal en la sociedad.
Unas madres que se preguntan, se interrogan, se
cuestionan los por qué. Y cuando uno hace ese juego de preguntas y respuestas,
de dialéctica colectiva llega siempre a encontrar algunos claros en las noches
cotidianas porque esta el otro para abrazar, escuchar y compartir.
Y Nora, como tantas otras madres y militantes, han sabido
levantar los ojos y ver un todo. Porque la desaparición no terminó en la última
dictadura cívico-militar. El plan es aún más ambicioso y perverso. No bastaba
con intentar eliminar a unos miles de hijos de esta América de abajo, revoltosa
y latina.
Nora lo dice sin reparo alguno
“Acá,
primero vinieron por nuestros hijos, nuestras hijas. Después vinieron por el
petróleo. Y vienen por el agua, y vienen por las patentes medicinales… La
explotación de las minas a cielo abierto, contamina todo y la gente se va
muriendo envenenada. Así que en la medida que uno dice ¿Yo estoy en la defensa
de los derechos humanos? ¿Y que son los derechos humanos?
No
claudicar, no bajar los brazos y entender que somos parte de una sociedad...
Estamos
en un planeta que esta siendo dañado día por día,
¿Por
qué? Por intereses económicos. La ferocidad de los que se quieren hacer ricos
a través de la explotación del ser humano es lo que hay que tener en cuenta.
Porque el saqueo y todo lo que estamos viviendo es a través de la explotación
de los seres humanos, hombres y mujeres. Y tenemos que seguir luchando “
Sin dejar aquella persistente e inagotable búsqueda de
los desaparecidos, tanto ayer como hoy, han hecho extensiva la lucha a todas
las vertientes de injusticias, que derivadas de aquel plan lúgubre y funesto
del poder económico exteriorizado en la vestimenta de los milicos, hoy se
extiende en otros aspectos de la vida en democracia por los grupos de poder
dominante y las contiendas financieras en su afán de ser unos amos de otros.
Y sobre
eso también reflexiona:
“Las Madres vivíamos muy encasilladas en la búsqueda de
la verdad y la justicia, y de hacer memoria... Seguimos con eso, es necesario
que se abran los archivos y que nos digan que paso con todos y cada uno de los
detenidos desaparecidos, mujeres, varones y niños. Tenemos necesidad imperiosa
de que la justicia sea real y que todos los genocidas vayan a la cárcel común y
paguen por los crímenes horrendos que cometieron, que son imperdonables y que
cada día más vemos que son crímenes imperdonables. Que no tienen ningún tipo de
reconciliación con los genocidas, y con los cómplices.
Pero
tenemos también que cuando vamos recogiendo las banderas de lucha de un pueblo
abatido y deprimido, desaparecido y torturado, tenemos también el compromiso
de abrir los ojos. Porque esta violación a los derechos económicos, sociales,
culturales, de género, de raza, se perpetra todos los días.”
Las palabras andariegas en los diversos frentes de lucha
con los cuales Nora se solidariza y participa, suenan como las del poeta Blas
Otero: “Si abrí los ojos para ver el rostro puro y terrible de mi
patria...Si abrí los labios hasta desgarrármelos...”
Nora
Cortiñas, abiertos sus ojos y sus labios, anda por los caminos contagiando con
su ejemplo infatigable, enterneciendo con su mirada, estremeciendo con
palabras vehementes y denunciantes, abrazando abrazables en el quehacer
cotidiano donde al estrecharse mutuamente flamea su pañuelo blanco en el hombro
de otro hermano como bandera de lucha que vuelve a levantarse para otro abrazo
u otra batalla.
Marcelo Cafiso Desde El Bohío Nuestra América Editorial Setiembre 2013
domingo, 22 de septiembre de 2013
Darío Santillán. La Dignidad Rebelde
Nota Editorial al libro de Miguel Mirra Darío Santillán. La Dignidad Rebelde.Testimonios documentales.
“La sangre derramada nunca seca”
Un asesinado por la espalda que se solidarizaba de
frente.
Un joven, un aglutinador de voluntades diferentes para
intentar cambiar ‘algo’ de lo padecido cotidianamente.
Ora los inundados, ora la bloquera, ora la familia sin
tierra.
Un sin tierra, un sin trabajo, un sin mucho horizonte más
que la alegría de luchar por hacer diferente el destino de muchos junto a otros
muchos.
Tierra de organización y comunidad, zona conocida como el
sur del conurbano de la Provincia de Buenos Aires: Lanús, Solano, Florencio
Varela, Quilmes, tierras –como tantas otras–, donde la política repugnante de
los partidos vernáculos hacen de la política algo nefasto, lo de siempre; los
funcionarios se enriquecen en lo individual empobreciendo a las mayorías,
arrojando migajas al pobre que acepta sumisamente dádivas electorales del
poder de turno. Y frente a esta realidad una frente rebelde, una más de otras
más, especial, diferente como otras tantas, y un frente acumulador de sueños,
una organización desafiando el poder opresor, una historia que se repite en el
transcurso de la historia de nuestras tierras.
Voces pensantes, cambiantes frente a la realidad. Porque
bien se cumple aquello que dicen los caribeños “la teoría siempre se jode
frente a la práctica”.
Había que cambiar las prácticas y se cambiaron, con ideas
y acción.
“Che,
que te parece Martina si juntamos un montón de mamás como vos, que no tienen un
hogar, que no tienen un terreno propio, para tener un espacio más grande, una
casa para
ustedes.
¿Y
como hacemos eso para que nos den?
Y tenemos que hacer un acampe.”
[Diálogo entre Darío y Martina]
[Diálogo entre Darío y Martina]
En este contexto de poder dominante y la ausencia de lo
básico para una digna vida, los planteos justos repiquetean en las cabezas de
las instituciones opresoras como gritos de rebelión antidemocráticos que
lindan el terrorismo.
Y se aprueban leyes para socavar todo intento de clamor
popular que tome las calles.
O disparan a matar, como a Darío, Maxi, Mariano –y tantos
otros militantes asesinados– para cultivar el germen del miedo a la organización
popular opuesta al sistema donde manda el capital.
¿Es que acaso debe el pobre andar rogando para sobrevivir
en este sistema de supuesta inclusión con excluidos encubiertos en mantos de
asistencialismo?
¿Hasta cuándo la masa marginada debe aguardar los lentos
cambios de un poder dominante político cómplice de los acuerdos con el poder
económico para una gobernabilidad pacífica?
¿Es justo acaso seguir postergando lo que falta cuando en
un país sobra tanto y unos pocos tienen todo y otros muchos tienen tan poco o
nada?
¿Es cuestión solamente de salir a reclamar infructuosa e
interminablemente mientras la muerte sigue acechando tempranamente la vida los
pobres?
Ante la pregunta de Martina “¿Y como hacemos eso para
que nos den?”
La respuesta de Darío: “Y tenemos que hacer un
acampe.”
¿Que nos den o tomarlo?
Y Darío, y el frente, la organización, iban más allá,
como queda expresado en los testimonios que, en una gran tarea, recoge Miguel
Mirra.
No sólo era tomar tierras, o salir a las calles a
reclamar el aumento del plan trabajar, los interrogantes perforaban la dura
roca de la existencia e iban más adentro, hacia las entrañas del problema,
hacía la úlcera lacerante que afecta a todos los miserables, a los pobres que
sufren las consecuencias de este sistema económico y político.
“La democracia, no como modelo político
de representación, sino democracia donde todos participamos, donde todos
podemos decidir. La consigna que tiene el Movimiento de Trabajadores
Desocupados es el trabajo y el cambio social. Nosotros no queremos nomás que el plan
trabajar de 150 pesos porque sabemos que por un lado no alcanza, y que con eso no
cambiamos la realidad de nuestro país. Nuestro objetivo final es cambiar la
sociedad en la que vivimos. Y decir “no” al modelo. Nosotros creemos que va por
ese lado, nosotros creemos que se puede cambiar acá la sociedad en que
vivimos.” [Darío
Santillán]
Estas son las ideas de Darío, como las de muchos otros
que junto a él construían un pensamiento crítico, como las de otros tantos en
diversos frentes y organizaciones a lo largo de nuestro país.
Es la voz sonante de los desposeídos en busca de la dignidad
avasallada.
Es la esperanza reflejada en que si unos pocos pueden
alzarse en su interior y en derredor, otros muchos también pueden hacerlo.
[Marcelo Cafiso desde El Bohío Nuestra América Editorial Septiembre 2013.]
sábado, 21 de septiembre de 2013
Comida rusa, donde Dostoievski como plato apetitoso, es uno más
Hace muchos años alquilaba mi fuerza de trabajo a cambio de
libros.
No había dinero más que para los viáticos y ofrecieron
pagarme con libros rusos.
Pensé en el alimento cotidiano y divisé la solución en
amigos, las compañeras del momento, y unos fideos municiones con tomate arriba,
más la necesaria e infaltable yerba cotidiana. Caminando un poco más de lo
habitual todo cerraba, casi perfecto, al quedarme con los denarios de los
viáticos.
Me alimenté con los encuadernados tapa dura rusos de todo
tipo, desde infantiles hasta técnicos. La mayoría eran de la Editorial Progreso
de Moscú, de la Academia
de Letras, o de otras pequeñas editoriales rusas para lengua extranjera y todos
impresos en la vieja Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Accedí a autores que Occidente ocultó durante muchos años.
En literatura tenía la firme idea que el más brillante y
padre de todos los novelistas rusos era Dostoievsky, lo cual, con el paso de
las páginas del tiempo al dañar la vista a fuerza de pasión, fue modificada al
valorar a otros grandes escritores. Los dedos de una mano desplazaron al genial
creador de los Hermanos Karamazov a los dedos de la otra mano.
No todo lo que nos llega es lo mejor por ser lo más conocido.
Así fue como Puschkin, Lérmontov y Gogol, pasaron a ser los padres
creadores de la literatura rusa, y luego Turgueniev, Tolstoi, Goncharov, maestros
novelistas ofrecieron una nueva posibilidad de aprender junto a las plumas más
descollantes de la historia de la literatura rusa. No es menester nombrar a
todos, pero Gorki, Nekrasov, Grigorovich, y otros tantos acompañaron
este aprendizaje casero de la creación desde tierras tan lejanas.
Dostoievski era producto del mercado en expansión de ese
momento histórico, y sin restarle genialidad a sus obras tiene su logrado lugar
entre los maestros, pero no es el único ni el mejor en la gran mesa de la
literatura rusa y universal.
[dde el Bohío]
miércoles, 18 de septiembre de 2013
JULIO LÓPEZ
J - Juegan con la vida
U - Ultimando esperanzas
L - Liquidando las andanzas
I - Inquietas revoltosas
O - Osadas de comunes
L - Locos locas bellos por
O - Opuestos a un sistema
P - Perverso y asesino que
E - Encubierto en democracia
Z - Zanja con tu ausencia, diferencias de clase.
(a 7 años de la desaparición de Jorge Julio López)
martes, 30 de julio de 2013
lunes, 29 de julio de 2013
La vida de los otros
Ahora podemos ver
una pareja liberando fogozamente el deseo en una plaza pública,
un borracho arrojando su barato caliz a las vías del tren que ya no pasa
un perro atropellado por el pequebus que conduce su virilidad coupe
un expropiador de llantas de aleación para el osobuco del guiso del viernes
un policía exigiendo documentos a un ciego sospechoso con bastón rojo
unos picasso de consignas vacías en paredones sin futuro
unas ráfagas de lluvia que azotan en la madrugada
una niña perdida en la noche porque huyó de su íntimo infierno
una rama en el instante en que fenece por el peso de los años
un hombre que la recoge para encender la esperanza de una noche
pero no podemos ver
qué pasó en un hospital militar
donde los hijos de puta
cuidan de los hijos de puta.
martes, 16 de julio de 2013
lunes, 15 de julio de 2013
“Mineritas”, acerca del Documental que acompaña a Rebeliones mineras.
El trabajo realizado por Leticia Orieta y Delia Maisel nos acerca la
palabra viva, el testimonio de la memoria de las propias trabajadoras
explotadas en la zona minera.
Estas recientes entrevistas a las mujeres que sobrevivieron a la mina
contienen un alto valor de ejemplo, como dijera el también entrevistado
Arédez hijo, que en una frase define lo que representan, para
siempre, estas luchadoras: “Han sembrado huella con dignidad”.
Mujeres trabajadoras “desde las cuatro de la madrugada hasta las seis
de la tarde”, ternuras de mujeres que al tener sed “orinaban en sus
manos y tomaban, tenían hambre y comían pasto”, voces femeninas,
caricia de susurro tranquilo de las alturas y grito de combate que
recuerdan que aquel seis de noviembre de 1973 “en El Aguilarazo
fuimos más mujeres que hombres”, torbellinos de largos cabellos que
impulsaron a los hombres a la huelga de 28 días más 5 de marcha,
bellas flores de la puna que recuerdan que “los gendarmes agredieron
primero, nosotros veníamos con calma”, madres de los hijos del amor y
la pobreza que hoy luego de casi cuarenta años de los hechos ratifican
con firmeza: “apoyo esta lucha porque se haga justicia, porque ha sido
un buen dirigente” (refiriéndose a Avelino Bazán y su desaparición, así
como también a la del recordado médico Luís Arédez).
Paridoras de la historia, ejemplo de dignidad y memoria viva de
lucha contra los opresores.
(de la nota del editor)
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