lunes, 29 de julio de 2013

La vida de los otros


Ahora podemos ver

una pareja liberando fogozamente el deseo en una plaza pública,
un borracho arrojando su barato caliz a las vías del tren que ya no pasa
un perro atropellado por el pequebus que conduce su virilidad coupe
un expropiador de llantas de aleación para el osobuco del guiso del viernes
un policía exigiendo documentos a un ciego sospechoso con bastón rojo
unos picasso de consignas vacías en paredones sin futuro
unas ráfagas de lluvia que azotan en la madrugada
una niña perdida en la noche porque huyó de su íntimo infierno
una rama en el instante en que fenece por el peso de los años
un hombre que la recoge para encender la esperanza de una noche

pero no podemos ver

qué pasó en un hospital militar
donde los hijos de puta
cuidan de los hijos de puta.

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