Crónicas de, Batallas cotidianas. II
Hay personas que en el transcurrir de su vida dedicada a nobles tareas,
y anque labradas por sellos de hipocráticos juramentos, retornan
ineluctablemente a su condición de clase y se transforman en Esfinge.
Hay personas que aceptan el reto de la Esfinge y saben que no se acaba
la contienda mientras haya corazón y fuerza que lo impulse a latir
repiqueteando al sonido del tambor del hombre cimarrón.
“Nuestra fuerza de corazón ha
de probarse aceptando el reto
de la Esfinge, y no esquivando
su interrogación formidable”
(Dijo Próspero en el Ariel del uruguayo José Enrique Rodó)
domingo, 2 de junio de 2013
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