Minimizar
las marchas del 13 de septiembre de 2012 en argentina es una posición política,
darle la envergadura que aclaman los participantes y sus voceros es otra
posición política. Ambas están en las antípodas discursivas, pero las dos
habitan a orillas y a expensas de un río alimentado por las circunstancias de
convivir en el neoliberalismo, rozando la hipocresía de darle a dios lo que es
de dios y al césar lo que es del césar. Mientras vivamos la ideología del
césar, habrá reclamos endiosados y endiablados de arriba o del medio.
Mientras
haya arriba, habrá abajo.
Pero algún dia vibrará la tierra y no será por el
burdo ruido de la cacerola, sino porque los de abajo tendrán la sartén por el
mango.
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