Tiene cara de tía grande que se la pasa cocinando pastas caseras y mientras las prueba el vapor de la olla eleva sus cabellos a la estrambótica forma adquiriendo aspecto de filósofa. Esta descripción es vulgar y sin importancia alguna pero nos brinda la imagen en la pantalla y entramos a leer el subtitulado.
Que los jóvenes lo sigan, escuchen y es
tudien
es por la ausencia de otros que sepan llegar (y tengan los medios como
él mientras le permiten estar en los medios pues tiene una relacion de
acusador-arrepentido de contradicciones con el poder) a las masas
sedientas de un buen pedagógo que explique los vericuetos del
pensamiento. Pero que otros ya mayorcitos con ruta recorrida lo sigan
venerando ante cada clase parvularia que esgrime es vergonzante por el
sólo hecho de la genuflexión y falta de pensamiento crítico ante el
análisis de lo escuchado o leído. Hay que escuchar y leer a Feinmann, su
buen guión cinematográfico, sus tomos sobre el peronismo, sus clases de
filosofia, su Envido, su Filosofía y Nación, todos sus libros incluído
la "La sangre derramada" donde para desnudarse por completo antes del
baño de sales reaccionarias se refiere al Che como un "Superman con
kriptonita en los pulmones" y un "Jesucristo superstar". Hay que
seguirlo pero con mirada crítica, como a todo, porque Feinmann al igual
que otros pensadores inteligentes llevan adelante la tarea de enterrar a
Ernesto Che Guevara luego de 45 años de que no pudiera hacerlo el
enemigo, es decir ideologicamente.
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