miércoles, 21 de septiembre de 2011
miércoles, 14 de septiembre de 2011
OCASO
“Es tan corto el amor
y tan largo el olvido”
¡Oh, Pablo querido!
cómo duelen tus poemas,
nos hundes en las arenas
que una tarde hemos sentido.
Isla, tú isla, la Negra,
¡Oh, Neruda profeta!
sepultaste entre las piedras
lo que quedaba de ella.
Se fue apagando la hermosa
vuelve a la costa la espuma
cual caricia suave, rosa,
pero no queda ninguna.
Solo mancha, huecos húmedos
que volverán a cubrirse
más pronto que ella al irse.
Bendito atardecer
de mate y risas
preludio de una muerte
pocas caricias,
en la agonía dulce de tu ser
ocultándose, el sol:
da la noticia.
Ha muerto el amor
¿por mano propia?
ni el tiempo logrará resucitarlo
porque un amor así,
de barro mágico,
intensamente
hay que vivirlo,
o asesinarlo.
Quédate con los recuerdos,
baratijas de la mediocridad,
cuando la vida, loco o cuerdo
hay que beberla hasta la ebriedad.
Regresaste por donde pudiste,
por el mismo sendero
que partiste,
donde desterrada fuiste
por un sueño aventurero.
Como en la tensa calma,
hoy buscas lo de ayer
monótona, cotidiana, masa,
entregada al azar tu alma
a golpe de suerte, dolor, placer.
Pero si en el acaso ocaso,
vienes en caída fatal,
de desamor, traición, fracaso,
de pie, cual puntal,
verás mi sombra
y tendrás mi abrazo.
Marcelo Cafiso
Septiembre de 2011
y tan largo el olvido”
¡Oh, Pablo querido!
cómo duelen tus poemas,
nos hundes en las arenas
que una tarde hemos sentido.
Isla, tú isla, la Negra,
¡Oh, Neruda profeta!
sepultaste entre las piedras
lo que quedaba de ella.
Se fue apagando la hermosa
vuelve a la costa la espuma
cual caricia suave, rosa,
pero no queda ninguna.
Solo mancha, huecos húmedos
que volverán a cubrirse
más pronto que ella al irse.
Bendito atardecer
de mate y risas
preludio de una muerte
pocas caricias,
en la agonía dulce de tu ser
ocultándose, el sol:
da la noticia.
Ha muerto el amor
¿por mano propia?
ni el tiempo logrará resucitarlo
porque un amor así,
de barro mágico,
intensamente
hay que vivirlo,
o asesinarlo.
Quédate con los recuerdos,
baratijas de la mediocridad,
cuando la vida, loco o cuerdo
hay que beberla hasta la ebriedad.
Regresaste por donde pudiste,
por el mismo sendero
que partiste,
donde desterrada fuiste
por un sueño aventurero.
Como en la tensa calma,
hoy buscas lo de ayer
monótona, cotidiana, masa,
entregada al azar tu alma
a golpe de suerte, dolor, placer.
Pero si en el acaso ocaso,
vienes en caída fatal,
de desamor, traición, fracaso,
de pie, cual puntal,
verás mi sombra
y tendrás mi abrazo.
Marcelo Cafiso
Septiembre de 2011
domingo, 11 de septiembre de 2011
Albañiles de la Vida 2010
ALBAÑILES DE LA VIDA 2010
Muchos albañiles no saben donde queda Copenhague,
menos aún qué parlamentan
los que dirigen pueblos y destinos,
y no por desinterés o desatinos,
sino porque están haciendo y pensando,
penando,
para alimentar a sus hijos.
Porque al caer la pesada noche
cuando antes de acostarse
entrecrucen al mirarse
esos ojitos vidriosos
y descubran que sus padres, andrajosos
de la vida,
poco han conseguido de comida,
los abrazarán
con el mismo amor de siempre,
les sentirán
el sudor, el hedor del día,
y lo impregnarán
en su interior,
-porque algún día será rebelión-,
y el asco no existe –no aquí-,
si allí
en los altos pisos,
donde sin permisos
devoran lo que falta en los hogares,
de los miserables.
Muchos albañiles no saben,
quien los premios otorga,
ni para qué.
Y si el de la Paz, premio Nobel,
se lo dan hoy a Obama,
o mañana a Fidel
lo mismo les da,
no resuelve su problema
de todos los días.
Y si luego el galardón de la paz,
armas y hombres envía a Afganistán,
cuánto importa,
no saben dónde queda,
no sabe por qué van,
ni cuántos matarán,
ni cuántos volverán.
Pero también allá en esas tierras,
Afganistán, Kuwait, Irak,
o en las otras,
donde agua comienza a faltar,
y en algunos parajes a sobrar,
o en aquellas otras
donde la vida se escurre por las Honduras
de la muerte,
y las balas silban lúgubres canciones,
y los muertos se apilan,
y la sangre derramada
clama, clama, clama,
mientras el Paraguay profundo exclama
no repitan la función
que sentimos se avecinan ya los vientos
del arrollador ciclón
sobre las angustiosas vidas
de los pueblos-hijos,
del dolor-trabajador,
y en todos estos rincones,
sin distinciones,
también hay albañiles,
mujeres, hombres, niños,
y sudor,
hambre
y ojos vidriosos,
y noches de temor...
...Y noches de amor...
...Y el canto
supera al llanto...
...y resuena en los oídos
de la esperanza,
apasionada y aguerridamente
la música del corazón
con tamboriles
repiqueteando calor
y
tiemblan los que saben
certeramente
que es el amor agitador
de agitadores,
que la vida no es pasiva,
que aún las ideas florecen,
y que hay albañiles
decididos a mezclarlas
en pastones de pasión por los cambios,
y edificarán sembrándolas,
en jardines, huertas, campos de nuevas-antiguas razones,
levantando voluntades, corazones,
techando con emociones,
los sentidos de seguir sabiendo
que queremos pudiendo
cambiar nuestras desazones.
Entonces,
cuando se oigan los crujires,
de los leños del calor,
y ya no de las entrañas del dolor,
todo tendrá sentido
y encontraremos las respuestas
buscando juntos la meta,
es decir andando,
del sendero hacia el camino,
descubriendo que vale la pena
desde y hasta siempre
cantar juntos
la canción
de la dignidad
en libertad!
Marcelo Cafiso
desde el Bohío en Lanús, Buenos Aíres,
Escrito 31 diciembre del 2009
Muchos albañiles no saben donde queda Copenhague,
menos aún qué parlamentan
los que dirigen pueblos y destinos,
y no por desinterés o desatinos,
sino porque están haciendo y pensando,
penando,
para alimentar a sus hijos.
Porque al caer la pesada noche
cuando antes de acostarse
entrecrucen al mirarse
esos ojitos vidriosos
y descubran que sus padres, andrajosos
de la vida,
poco han conseguido de comida,
los abrazarán
con el mismo amor de siempre,
les sentirán
el sudor, el hedor del día,
y lo impregnarán
en su interior,
-porque algún día será rebelión-,
y el asco no existe –no aquí-,
si allí
en los altos pisos,
donde sin permisos
devoran lo que falta en los hogares,
de los miserables.
Muchos albañiles no saben,
quien los premios otorga,
ni para qué.
Y si el de la Paz, premio Nobel,
se lo dan hoy a Obama,
o mañana a Fidel
lo mismo les da,
no resuelve su problema
de todos los días.
Y si luego el galardón de la paz,
armas y hombres envía a Afganistán,
cuánto importa,
no saben dónde queda,
no sabe por qué van,
ni cuántos matarán,
ni cuántos volverán.
Pero también allá en esas tierras,
Afganistán, Kuwait, Irak,
o en las otras,
donde agua comienza a faltar,
y en algunos parajes a sobrar,
o en aquellas otras
donde la vida se escurre por las Honduras
de la muerte,
y las balas silban lúgubres canciones,
y los muertos se apilan,
y la sangre derramada
clama, clama, clama,
mientras el Paraguay profundo exclama
no repitan la función
que sentimos se avecinan ya los vientos
del arrollador ciclón
sobre las angustiosas vidas
de los pueblos-hijos,
del dolor-trabajador,
y en todos estos rincones,
sin distinciones,
también hay albañiles,
mujeres, hombres, niños,
y sudor,
hambre
y ojos vidriosos,
y noches de temor...
...Y noches de amor...
...Y el canto
supera al llanto...
...y resuena en los oídos
de la esperanza,
apasionada y aguerridamente
la música del corazón
con tamboriles
repiqueteando calor
y
tiemblan los que saben
certeramente
que es el amor agitador
de agitadores,
que la vida no es pasiva,
que aún las ideas florecen,
y que hay albañiles
decididos a mezclarlas
en pastones de pasión por los cambios,
y edificarán sembrándolas,
en jardines, huertas, campos de nuevas-antiguas razones,
levantando voluntades, corazones,
techando con emociones,
los sentidos de seguir sabiendo
que queremos pudiendo
cambiar nuestras desazones.
Entonces,
cuando se oigan los crujires,
de los leños del calor,
y ya no de las entrañas del dolor,
todo tendrá sentido
y encontraremos las respuestas
buscando juntos la meta,
es decir andando,
del sendero hacia el camino,
descubriendo que vale la pena
desde y hasta siempre
cantar juntos
la canción
de la dignidad
en libertad!
Marcelo Cafiso
desde el Bohío en Lanús, Buenos Aíres,
Escrito 31 diciembre del 2009
Amor de mercado
Amor de mercado.
Mercado, mercado, mercado,
¿con esas burdas fechas?
¿acaso lo conseguirás?
Aún no lo has logrado.
Mercado, mercado, mercado,
arribas violento y con desdeño
yerras enamorados, colocando
códigos de barras a los sueños.
Mercado, mercado, mercado,
el hombre se doblega frente a ellas
la mujer se enternece ante el amado,
y tú sólo quieres dejar mellas y huellas.
Mercado, mercado mercado,
algunos se creen que vivir es mercar,
porque no saben que dar no es comprar,
ni sentir recibir lo que les han vendido.
Mercado, mercado, mercado,
Tú ofreces egoístas, selectas,
evocaciones inventadas,
para que te den bocado.
Yo elijo el amor diáfano,
libre, anarco, alegre
sin fechas, ni ticket
sin papel de regalo.
Prefiero la caricia,
la lágrima, el abrazo,
la mano, el beso, la risa;
a tu mierda, mercado.
Marcelo Cafiso 14/02/2011
Mercado, mercado, mercado,
¿con esas burdas fechas?
¿acaso lo conseguirás?
Aún no lo has logrado.
Mercado, mercado, mercado,
arribas violento y con desdeño
yerras enamorados, colocando
códigos de barras a los sueños.
Mercado, mercado, mercado,
el hombre se doblega frente a ellas
la mujer se enternece ante el amado,
y tú sólo quieres dejar mellas y huellas.
Mercado, mercado mercado,
algunos se creen que vivir es mercar,
porque no saben que dar no es comprar,
ni sentir recibir lo que les han vendido.
Mercado, mercado, mercado,
Tú ofreces egoístas, selectas,
evocaciones inventadas,
para que te den bocado.
Yo elijo el amor diáfano,
libre, anarco, alegre
sin fechas, ni ticket
sin papel de regalo.
Prefiero la caricia,
la lágrima, el abrazo,
la mano, el beso, la risa;
a tu mierda, mercado.
Marcelo Cafiso 14/02/2011
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