Lluévete
Y
esta lluvia repiquetea en un corazón que suena a chapa de cinc a través
de las rebeldes gotas de cristal que se rompen en las puertas de los
poros de un cuerpo que tendido boca arriba en las praderas de una cama
piensa en el placer de la ola de mar que desde el cielo se parte en mil
pedazos para llegar hasta tus brazos.
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