UNA DE LAS MENTES MAS BRILLANTES DE LA HUMANIDAD
Te fuiste en silencio, siendo un estruendo en la Historia.
"A todos nos llegara nuestro turno, pero quedaran las ideas",
nos recordaste en abril de este año.
Te llegó el turno Fidel, es la naturaleza.
nos recordaste en abril de este año.
Te llegó el turno Fidel, es la naturaleza.
Quiero recordarte así.
Pudimos discutir, hacer propuestas, escucharnos, —más escucharte a vos—, y hasta pudimos reírnos y mucho.
Habíamos cenado juntos, con otros compañeros elegidos por tus hombres de confianza.
Cómo olvidar ese tenso instante donde casi todos esperábamos la llamada de atención por mi aparente desubicado chiste en la mesa (que no entendiste y solicitaste a un ministro que te explique al oído), cuando al irnos pediste que me acercara (frente a todo el Buró y los compañeros invitados) y tomándome del hombro con una mano me señalaste con ese histórico dedo y en un abrumador silencio dijiste con irónica sonrisa: "Nunca debemos perder el humor". Todos nos relajamos. Confieso que casi me cago antes de tus palabras.
Alojaste tu brazo en mi hombro, cual palenque de descanso, y durante casi una hora leíste aquellos cables que nos desternillaron de risa a todos.
Cómo olvidar tus palabras, tu risa, tu peso, tu barba ceniza, tu porte de inmenso abuelo, tu aliento, tu mirada con los ojos bien abiertos, y la energía transmitida para seguir luchando con alegría aunque otros no entiendan que las solemnidades son para los funcionarios y no para los compañeros.
Pudimos discutir, hacer propuestas, escucharnos, —más escucharte a vos—, y hasta pudimos reírnos y mucho.
Habíamos cenado juntos, con otros compañeros elegidos por tus hombres de confianza.
Cómo olvidar ese tenso instante donde casi todos esperábamos la llamada de atención por mi aparente desubicado chiste en la mesa (que no entendiste y solicitaste a un ministro que te explique al oído), cuando al irnos pediste que me acercara (frente a todo el Buró y los compañeros invitados) y tomándome del hombro con una mano me señalaste con ese histórico dedo y en un abrumador silencio dijiste con irónica sonrisa: "Nunca debemos perder el humor". Todos nos relajamos. Confieso que casi me cago antes de tus palabras.
Alojaste tu brazo en mi hombro, cual palenque de descanso, y durante casi una hora leíste aquellos cables que nos desternillaron de risa a todos.
Cómo olvidar tus palabras, tu risa, tu peso, tu barba ceniza, tu porte de inmenso abuelo, tu aliento, tu mirada con los ojos bien abiertos, y la energía transmitida para seguir luchando con alegría aunque otros no entiendan que las solemnidades son para los funcionarios y no para los compañeros.
Te fui fiel y al pueblo cubano, arribando a través de la sangre Guevara y el legado del Che.
No me arrepiento de nada de lo hecho.
No tengo nada que contar, ni patear en contra, a pesar del enfado con algunos de tus funcionarios.
Me apena no haber podido servir con más eficiencia a la Revolución Cubana.
No me arrepiento de nada de lo hecho.
No tengo nada que contar, ni patear en contra, a pesar del enfado con algunos de tus funcionarios.
Me apena no haber podido servir con más eficiencia a la Revolución Cubana.
Estoy raro, deambulo entre la tristeza y la alegría.
Sabía que te ibas a ir pronto, pero la confirmación es amarga.
Tengo un nudo en la garganta, río, te recuerdo, mascullo certezas, y dudas que viajan con la saliva.
Sabía que te ibas a ir pronto, pero la confirmación es amarga.
Tengo un nudo en la garganta, río, te recuerdo, mascullo certezas, y dudas que viajan con la saliva.
Hasta siempre,
Estadista y estratega incomparable.
Una de las mentes más brillantes de la Humanidad.
Una de las mentes más brillantes de la Humanidad.
Hasta la Victoria, Siempre. Fidel.
Marcelo Cafiso
Director de Nuestra América Editorial
Desde el Bohío
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Director de Nuestra América Editorial
Desde el Bohío
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