No es tu día,
aunque te adornes
y brilles más que el sol,
no es tu día,
aunque recibas las joyas
y las flores
los besos de tus vástagos
o el desayuno del aliado,
no es tu día
aunque sonrías
y destelles alegría
meneando tu opulencia
caminando en tu riqueza
descansando acomodada
como disco de rayada pista
donde resuena la música
de tu mundo capitalista,
no es tu día
aunque simules expiar tus culpas
con limosna de caridad,
con reparto solidario
que no afecte tus denarios,
con donar, dirigir, distribuir
lo que crees posesión
y no es más que devolución
mísera de lo robado
en la hipócrita profesión
de los adinerados
no es tu día, mujer,
miembro de la férula
rica,
opulenta,
poderosa,
burguesa.
Porque es el día
de memorar
a tejedoras, lavadoras,
limpiadoras, campesinas,
mineras, educadoras, costureras,
a las de casa adentro
y grito afuera,
o de grito adentro
y tiempo afuera,
enfermas de la presión
de tu moderna empresa,
o la de él, tu aliado, mujer,
porque es el día de recordar
a las trabajadoras que explotas
con tu noble acción generosa
creando mendigantes
del sustento y el aumento,
porque es el día
de las trabajadoras, obreras,
operarias, proletarias,
artesanas, jornaleras,
empleadas, desocupadas,
condenadas prisioneras
del sistema
que sostenes
y donde vos hoy festejas
a tu impúdica manera,
mientras las memoradas
luchadoras
en la arena de la vida
de pie arremeten
furiosas de odio y amor
porque son
cotidianas gladiadoras.
Marcelo Cafiso
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